
Estuve una semana allí, y desde el primer día vi cosas que no me gustaron, pero hasta no terminar la semana no pude ver con perspectiva el conjunto.
Los monitores en las actividades de sala usaban con maestría técnicas de manipulación, de presión de grupo, demostraciones de autoridad, disuasión del criterio propio y el pensamiento, y hasta forzaban a «abrirse» (como me paso a mi) y te llevan a un punto dónde estando vulnerable conseguían que lloraras, gritaras… en definitiva que te derrumbes.
Todo esto siempre en grupo. Te pasas la semana viendo cómo casi todas las actividades de sala buscan provocar el llanto hurgando en las heridas de los asistentes. Después te calman con técnicas de respiración y refuerzos positivos sobre el trauma en cuestión y continúan con el siguiente incauto.
Otras actividades buscan lo contrario, una alegría extrema, baile, risas, música muy alta….
Emociones muy polarizadas, propiciado todo por la organización y el control de los monitores.
A las personas que más vulnerabilidad muestran en las sesiones, después las cogen aparte y entre buenas palabras y caricias incluso, se les propone que vayan a los retiros para «sanar» esos traumas. Los retiros se hacen en otro emplazamiento a 20 km y además de soplarte 100€ diarios, según lo que nos contó alguien que ha estado allí, continúan con las mismas técnicas pero más duras aún, con la promesa de una sanación y crecimiento personal, que en realidad se trata de una disolución de tu personalidad y criterio, para ser manejado al antojo del monitor de turno, o del Gurú (Fundador) que es peligrosamente inteligente e influyente en la psique del individuo que se entrega a sus enseñanzas.
Tres días después de volver, pedí cita con un psicólogo para que me ayudase a poner en orden todo lo vivido allí.
Según él…sin ninguna duda es UNA SECTA.
Lo siento mucho por todos los que caen en sus redes y pierden su voluntad y su dinero, y también por muchos de los monitores que son buenas y bellas personas, pero son víctimas que utilizan para gestionar y captar nuevas víctimas.
En la semana que estuve, fuimos unas 30 personas (pocos en comparación con otras semanas de 60, 70 o 100 personas) , y que yo sepa, al menos 3 de ellas accedieron a ir a los retiros.
Fuimos pocos los que vimos la cara oculta de estas vacaciones, apenas 5 o 6 personas. El resto salió de allí fascinado con lo vivido.
Una experiencia dura, confusa, y muy difícil de describir en pocas palabras.
Me he dejado muchas cosas por contar por no empachar al lector, espero que esto le sirva a alguien para tener una idea más acertada de lo que es este lugar.